Huyamos de la paralizante cordura, busquemos la mágica locura, no quiero ser el cuerdo que entiende el mundo, yo soy el loco que no lo entiende, no quiero ser el cuerdo que compra pisos, acciones, ropa, coches... Soy el loco que quiere mucho y que con mucho se conforma. La ansiedad la provoca esta realidad sucia y esquizofrenica, no el desear otra distinta. Tomemos el psicofarmaco de la utopía. Usemos el antidpresivo de la alegria.
Chalados, giraos, colifatos y tocaos.
Diego y sus amigos invisibles
1 comentario:
No soy un anónimo, soy LaCigarra, tu compañero trompetero, y ¡por fin puedo colgar un comentario!!!
Molan lo vídeos y eso, pero si además este blog lo vas a aderezar con joyas como este manifiesto (cielos, ¡qué bonito!), voy a abonarme a él.
....
No sé qué más decir: tu última entrada me ha dejado entusiasmado.
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